domingo, 22 de marzo de 2020

AREA EDUCACION RELIGIOSA


ÁREA DE EDUCACIÓN RELIGIOSA

El ser humano posee, gracias a su condición espiritual, el don de percibir lo sagrado, la capacidad de captar el fundamento de todas las cosas, su raíz y destino trascendentes en cuanto creaturas, es decir, procedentes de un Creador universal. Toda persona busca en su vida la verdad que dé sentido a su existencia para alcanzar la felicidad. Esta dimensión de profundidad espiritual explica el fenómeno religioso en la historia de la humanidad pasada y presente. El hecho religioso forma parte del conjunto de expresiones de lo real como experiencia específica humana, más allá de la limitada realidad disponible para el resto de seres del mundo mineral, vegetal y animal.

Por ello, en la educación, es tan fundamental como necesario que las personas descubran y asuman la existencia de un Ser y una Verdad que nos proporcionan identidad y dignidad humanas; que tomen conciencia de ser hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza, reconociéndole como quien actúa providentemente en sus vidas y da sentido a los acontecimientos de la historia humana; y que aprendan a explicar razonablemente su fe y proyecten su plan de vida como respuesta responsable al amor de Dios.

El logro del Perfil de egreso de los estudiantes de la Educación Básica se basa en el desarrollo de diversas competencias. A través del enfoque espiritual, religioso y trascendente, la Educación

Religiosa promueve y facilita que los estudiantes desarrollen las siguientes competencias:

·      Asume la experiencia del encuentro personal y comunitario con Dios en su proyecto de vida en coherencia con su creencia religiosa.

·      Construye su identidad como persona humana, amada por Dios, digna, libre y trascendente, comprendiendo la doctrina de su propia religión, abierto al diálogo con las que le son cercanas.

ENFOQUES

En esta área, el marco teórico y metodológico que orienta la enseñanza y el aprendizaje corresponde al enfoque humanista cristiano, cristocéntrico y comunitario.

·      El enfoque humanista cristiano permite al estudiante comprender y dar razón de su fe aplicándola a la realidad, e integrando la fe y la vida. El estudiante, así, podrá encontrarse profunda y sinceramente consigo mismo, y descubrir su verdadera identidad de ser humano llamado a vivir en el amor, para cristalizar, de esta manera, la visión trascendente de la vida en la educación. Además, le permite comprender que el modelo y horizonte de vida plena es Jesucristo, el cual propone una vivencia desde el Evangelio y sus valores de acuerdo con el proyecto de Dios para toda la humanidad: la dignidad humana, la verdad, la libertad, la paz, la solidaridad, el bien común, la bondad, la justicia, y la primacía de la persona por sobre todas las cosas. Este enfoque contempla la relevancia que tiene la religión en la vida de los estudiantes, y toma en cuenta que una educación centrada en la experiencia y en la formación para la vida debe buscar y aportar instrumentos adecuados para cultivar, interpretar, valorar y actuar desde lo religioso y espiritual, privilegiando la inclusión de todos los estudiantes, tengan o no una opción religiosa. En el contexto de su pertenencia a la sociedad, le aportará también una visión del humanismo cristiano y su vigencia en el mundo actual en relación con la ética, la moral, el respeto y el diálogo con los adeptos a otras religiones, y le aportará, también, la enseñanza social cristiana para comprender la visión del hombre y del mundo.

· El enfoque cristocéntrico está orientado a promover en el estudiante su actuar en el mundo al estilo de Jesucristo. Consideramos que, entre Dios Padre y el estudiante, hay una relación filial que es natural, por haber sido creado a su imagen y semejanza. En este enfoque, se nos presenta la fe como virtud teologal por la que creemos en Dios y todo lo que Él nos ha revelado. Proponemos al estudiante mirar la historia de la humanidad y su historia personal entendidas como Historia de Salvación. La historia es el lugar del diálogo entre Dios y el hombre, y este puede reconocer entonces cuál ha sido y es la actuación de Dios en su propia existencia y en la historia universal. También le permite reconocer que Dios no es un extraño en el mundo ni en su vida, sino que, más bien, tiene un papel protagónico en ella, desde el momento en que es su Creador y sigue acompañando permanentemente a la humanidad mediante Jesucristo y su Iglesia.

· En el enfoque comunitario, la educación religiosa pretende que el estudiante contribuya a crear, en su comunidad familiar, escolar y social, un ambiente de vida fraterna y solidaria, animado por el espíritu evangélico del amor, que lo ayudará en su autorrealización, y poniendo en ejercicio su capacidad innata de relacionarse responsablemente consigo mismo, con el Ser divino, con los otros y con la naturaleza. Asimismo, pretende que ejerza su libertad responsable frente a todas las expresiones de la cultura humana, de modo que el estudiante, iluminado por la fe, convierta los conocimientos que vaya adquiriendo del mundo, de la vida y del hombre —en las diversas situaciones de la vida— en posibilidades de realización humana y espiritual a favor de su comunidad en nombre de Dios.

COMPETENCIA: CONSTRUYE SU IDENTIDAD COMO PERSONA HUMANA, AMADA POR DIOS, DIGNA, LIBRE Y TRASCENDENTE, COMPRENDIENDO LA DOCTRINA DE SU PROPIA RELIGIÓN, ABIERTO AL DIÁLOGO CON LAS QUE LE SON CERCANAS.

El estudiante descubre y asume que existe un Ser y una Verdad trascendentes, que le dan una identidad y una dignidad humanas y toma conciencia de que es hijo de Dios, creado a su imagen y semejanza, reconociendo su acción providente en la propia vida a través de la búsqueda reflexiva del sentido de la existencia. Desde esta conciencia, el estudiante, como persona digna, libre y trascendente, aprenderá a relacionarse consigo mismo, con los demás, con la naturaleza y con Dios como origen y fin último de todo lo creado.

Esta competencia permite al estudiante comprender la doctrina cristiana en su dimensión espiritual, religiosa y trascendente, estableciendo un diálogo interdisciplinar entre fe y cultura, fe y ciencia, fe y vida, y fe y otras cosmovisiones para actuar con libertad, autonomía y responsabilidad frente a la vida.

Le permite el respeto y diálogo con otras creencias presentes en la sociedad. Con ello, se propicia el desarrollo moral, ético, espiritual, religioso, psicológico y cultural del estudiante.

Esta competencia implica la combinación de las siguientes capacidades:

• Conoce a Dios y asume su identidad religiosa y espiritual como persona digna, libre y trascendente: el estudiante comprende las distintas manifestaciones de Dios en su vida a partir del encuentro con Él, basado en la tradición cristiana, para construir un plan de vida significativo y pleno.

• Cultiva y valora las manifestaciones religiosas de su entorno argumentando su fe de manera comprensible y respetuosa: el estudiante conoce, valora y celebra su fe participando de las diferentes manifestaciones religiosas presentes en su comunidad. Asimismo, difunde el patrimonio religioso y cultural dando razones de su fe, y respetando las diversas creencias y expresiones religiosas de los demás.

COMPETENCIA: ASUME LA EXPERIENCIA DEL ENCUENTRO PERSONAL Y COMUNITARIO CON DIOS EN SU PROYECTO DE VIDA EN COHERENCIA CON SU CREENCIA RELIGIOSA

El estudiante busca a Dios de tal modo que exprese la dimensión espiritual y religiosa de manera testimonial en su vida cotidiana para consolidar su proyecto de vida significativo. El estudiante asume a Jesucristo como modelo para el fortalecimiento de su propia fe y la configuración de su vida según los valores y virtudes de la tradición cristiana y los ideales del Evangelio en diálogo crítico con las enseñanzas de otras confesiones.

Esta competencia implica la combinación de las siguientes capacidades:

·      Transforma su entorno desde el encuentro personal y comunitario con Dios y desde la fe que profesa: el estudiante expresa su fe de manera espontánea y con gratuidad en la construcción de una sociedad justa, solidaria y fraterna, a partir de su proyecto de vida integrador y significativo que favorezca la vida armónica con los demás desde los valores del Evangelio.

·      Actúa coherentemente en razón de su fe según los principios de su conciencia moral en situaciones concretas de la vida: el estudiante actúa según los principios de la conciencia ética y moral cristiana en situaciones concretas de la convivencia humana. Toman decisiones razonables en coherencia con los principios evangélicos.

 

MAGDA ELIZABETH  MUÑOZ SANCHEZ
Profesora responsable del Area de Educacion Religiosa


ACTIVIDADES PRACTICAS 1







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